Un Milagro en el Momento Justo
Irene, una líder de Reflejo en Argentina, sintió que debía asistir a una actividad de la iglesia por el Día de la Mujer. Muchas mujeres se ofrecieron como voluntarias para dirigir diferentes actividades durante el evento; Irene, como enfermera, decidió tomar la presión arterial de las personas de manera gratuita. Fue allí donde conoció a Clara.
Clara no conocía a Jesús y además tenía una lesión en la rodilla que le dificultaba caminar. Irene esperaba los resultados de la presión arterial cuando el Espíritu Santo le revelo las dificultades que estaba viviendo Clara y ella sintió que debía compartirle el Evangelio. Mientras Clara escuchaba que la respuesta a todo su dolor era Jesús, algo en su corazón cambio. Esa misma tarde de viernes, Clara entregó su vida a Jesús.
El domingo, Irene vio a Clara entrar cojeando a la iglesia para escuchar la reunión. Cerca del final de la reunión, el pastor de Irene dijo que sentía que algunas personas en la audiencia necesitaban sanidad y comenzó a orar. De repente, Clara sintió algo diferente. Cuando el pastor preguntó si alguien había sido sanado, ella se puso de pie y comenzó a correr por toda la iglesia alabando a Dios, algo que antes no habría podido hacer. Clara tenía una cita preoperatoria programada para una cirugía de rodilla al día siguiente, pero Dios ya la había sanado.