Las 2 funciones de la Iglesia Global

El pasaje de Efesios 4:11-13 revela el diseño divino para la estructura y funcionamiento de la iglesia. En este texto, se identifican roles específicos, con el propósito de equipar al pueblo de Dios para la obra de servicio y edificar el cuerpo de Cristo. Aquí encontramos las funciones ofensivas y defensivas de la iglesia global, destacando la necesidad de ambos aspectos para el cumplimiento de la Gran Comisión y la edificación del cuerpo de Cristo.

11 Él mismo constituyó a unos como apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. 13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.

Efesios 4:11-13 NVI

En el versículo 12 se observa que el propósito, es el de poder (1) capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio y para (2) edificar al cuerpo de Cristo.

La primera función está enfocada en capacitar, que incluye ambos, entrenar y desarrollar capacidad en el pueblo de Dios (la iglesia global) para cumplir la obra de servicio (la Gran Comisión). El rango de herramientas, fortalezas y temperamentos es necesario para cumplir la Gran Comisión de expandir el reino de Dios entre todos los grupos étnicos, formando discípulos, bautizándolos y enseñándoles a obedecer a Dios en todo, lo cual implica multiplicarse. Esta función se enfoca en la expansión de la iglesia global en una ofensiva espiritual para ganar almas para el reino.

La segunda función es la de edificar el cuerpo de Cristo (otro término para la iglesia global). Edificar significa construir y reforzar. Esta función es una defensiva espiritual que protege y fortalece a las almas que ya son parte del reino de Dios.

Al hacer ambas cosas, eventualmente, todos (cada tribu, pueblo, lengua y nación) llegaremos a la unidad de la fe y conoceremos a Jesús y, a través de Él, seremos santificados.

Entendemos que las personas no dejan de ser iglesia, pero los seminarios y equipos misioneros son distintos en función a la iglesia local. Es en esta dirección que el teólogo Ralph Winter popularizó los términos "modalidad" y "sodalidad" para ayudarnos a explicar la iglesia en su expresión organizacional enfocada en las dos funciones distintas que vimos en Efesios 4:12. Ralph Winter nos explica que la modalidad es la expresión de la iglesia donde todas las personas que toman una primera decisión (de entregar su vida a Cristo) son bienvenidas y pertenecen. Una sodalidad, sin embargo, está incorporada de unas cuantas personas que han tomado una segunda decisión (hacia el ministerio vocacional).

La modalidad describe principalmente la iglesia local enfocada en cumplir la segunda función de Efesios 4:12– edificar al cuerpo de Cristo. No debería ser sorpresa que expresiones de la iglesia donde los pastores y maestros sobreabundan caigan bajo esta categoría. Una persona con don pastoral puede facilitar un grupo de estudio bíblico, liderar un grupo de jóvenes o incluso ser el pastor titular de una iglesia local. Una persona con un perfil de maestro puede, entre otras cosas, enseñar una clase dominical, o ser un profesor en un centro de formación bíblica o un seminario. La función de todas estas estructuras es la de edificar el cuerpo de Cristo ya establecido (función 2).

La sodalidad se enfoca en la primera función de Efesios 4:12, el de expandir el reino de Dios donde aún no está establecido. Una persona con el perfil de profeta trabajando en un ministerio local para compartir el evangelio con indigentes, drogadictos o prostitutas se encuentra con dinámicas y ritmos muy distintos a los de una iglesia local o estudio bíblico. Mientras en la modalidad, las personas primariamente vienen a ti (se congregan en un edificio o casa), en la sodalidad una persona sale de su zona de comodidad y va a buscar a los perdidos. (...)

En conclusión, la visión delineada en Efesios 4:11-13 nos presenta una comprensión esencial de la dinámica eclesiástica. La modalidad y la sodalidad, representando las expresiones organizacionales de la iglesia local y el ministerio vocacional, respectivamente, se entrelazan para lograr la plenitud del propósito divino. La expansión del reino de Dios y la edificación del cuerpo de Cristo son funciones interdependientes que requieren diversidad de perfiles y enfoques. En la búsqueda de la unidad de la fe, la iglesia global se mueve hacia la plena estatura de Cristo, abrazando tanto la ofensiva espiritual de la Gran Comisión como la defensiva espiritual de la edificación continua.

Si te interesa este tema te invitamos a leer el libro: “Más allá de la iglesia local”, puedes descargarlo aquí.

Previous
Previous

Compartiendo el Evangelio durante el Ramadán

Next
Next

La Historia de Erick