La verdad los hará libres

Jessica se reunió con varias madres en una escuela para compartir sobre Jesús. Empezaron con una charla sobre el valor de las mujeres para Dios. Fue en esta aula donde varias madres con corazones quebrantados decidieron entregar sus vidas a Cristo. 

Esta es la historia de Antonella, una mujer de pocas palabras que tenía mucho para contar. 

En todas las reuniones, Antonella escuchaba atentamente a todo lo que se hablaba y comentaba muy poquito. Varias veces parecía que quería agregar algo, pero se quedaba callada. Después de varias reuniones llegaron a leer el siguiente versículo. 

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

Juan 8:32

 En este momento Jessica explico que Jesús había traído libertad a nuestras vidas y algo en Antonella desbordo. 

- Yo necesito ser libre de algo. Debo confesar porque no he podido venir a las reuniones de padres de familia. Sé que siempre falto y muchos piensan que quizás es porque no me interesa, pero esa no es la razón. Cuando me separe de mi esposo hace unos años me quede sin dinero. Tuve que trabajar mucho para darle a comer a mis 3 hijos. Como no estaba casi nunca en casa, no me di cuenta cuando mi hijo adolescente empezó a consumir drogas y por causa de las drogas él comenzó a robar. A los 22 años cayó en un penal y le dieron 10 años. Ahora ya tiene 25. 

Hubo un silencio en la sala y todas las mujeres se quedaron sorprendidas. Nadie sabía que Antonella tenía un hijo en la cárcel. Ella siempre creaba una excusa de por qué no podía venir a las reuniones de padres, pero la realidad era que tenía que visitar a su hijo. 

Con un nudo en la garganta, Antonella siguió confesando.

- Yo pensé que era mi culpa todo esto porque yo siento que lo descuide y si no lo hubiera abandonado quizás no hubiera caído en las drogas y no hubiese llegado a esta situación.

Su voz se quebró y comenzó a llorar. 

- La verdad es que yo sé que no es solo mi culpa, sino que también tiene la culpa el padre porque nos abandonó y por eso es que yo tuve que trabajar todo el día, pero ahora solo quiero que mi hijo sea libre. 

Al final Antonella es una madre que como muchas solo quiso lo mejor para su hijo, pero se enfrentó con una situación que la supero. Dentro de esta reunión pudo ver que la única manera de sentirse libre era confesando la verdad ante los pies de Cristo y así fue como decidió seguir a Jesús.

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